Lavavajillas
Cuidado con estas prácticas que dañan tu lavavajillas
Aunque parezca que el lavavajillas es un equipo resistente, existen prácticas comunes que pueden acortar su vida útil:
No retirar residuos grandes de los platos: Al no enjuagar los platos, los restos de comida se acumulan en los filtros y hélices, lo que causa obstrucciones y malos olores.
Uso de detergentes no adecuados: Utilizar jabón líquido de cocina o detergentes no diseñados para lavavajillas genera exceso de espuma que afecta el sistema interno.
Sobrecargar o mal acomodar la vajilla: Esto impide que el agua circule adecuadamente, dejando residuos y generando desgaste en las hélices.
No limpiar los filtros ni revisar las hélices: Con el tiempo, los filtros acumulan suciedad que puede causar bloqueos y reducir la presión del agua.
Cómo identificar si las hélices de tu lavavajillas están fallando
Las hélices o aspas son esenciales para distribuir el agua durante el lavado. Estas son señales de que podrían estar fallando:
No giran correctamente: Si las aspas están trabadas por residuos o desgastadas, no cumplirán su función.
Agua mal distribuida: Notar platos mal lavados o con residuos es síntoma de aspas ineficientes.
Ruidos inusuales durante el ciclo: Puede ser señal de que están golpeando objetos o tienen piezas sueltas.
Recomendaciones para evitar atascos en tu lavavajillas industrial
Pre lavar la vajilla: Aunque el equipo esté diseñado para uso intensivo, retirar restos grandes de comida previene bloqueos.
Limpieza de filtros semanal: Evita obstrucciones y mantiene el sistema de drenaje en óptimas condiciones.
Usar productos especializados: Los detergentes industriales están formulados para limpieza profunda y sin espuma excesiva.
Programar mantenimientos: Cada 3 a 6 meses, realiza una revisión completa del equipo.